Tiempos modernos es una película, escrita y protagonizada por el célebre actor Charles Chaplin. El largometraje constituye un retrato de las condiciones desesperadas de empleo que la clase obrera tuvo que soportar en la época de la revolución industrial, condiciones promovidas, por la eficiencia de la producción en cadena.
La tarea del obrero consiste en atornillar dos tuercas a la vez a gran velocidad; esto le produce un tic nervioso inicial y recurrente, hasta volverse demente, pues comienza a ejecutar la acción dentro y fuera del trabajo con objetos y personas. Debido ha esto es ingresado en un manicomio. Cuando sale, intenta llevar una nueva vida, pero debido a una confusión le toman por líder comunista de una huelga y es encarcelado. Cuando sale de la prisión, el ministro le escribe una carta de recomendación y consigue un trabajo en el astillero. Pero, el primer día, hunde un barco y se hace detener para volver a la cárcel, donde se encontraba más seguro y (irónicamente), prefiere quedarse en la cárcel que volver a las malas condiciones de vida que le esperan sin vuelve a la calle. En su camino a la cárcel choca con una joven huérfana y después de varios encontronazos, decide empezar a trabajar para poder irse a vivir con la chica. Pasa diez días en la cárcel de nuevo, y cuando sale, le dice a ella que ya ha encontrado una casa para los dos. Por fin encuentra trabajo, en una fábrica, y tiene la esperanza de poder encontrar una casa mejor. Los obreros de la fabrica se ponen en huelga y en la manifestación lo vuelven a coger preso. Una semana después ya es liberado otra vez y consigue un nuevo trabajo de camarero, en el mismo sitio donde trabaja ella. Al final tiene éxito como cantante y se van los dos juntos e empezar una nueva vida
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