Ciudad Industrializada
Los orígenes del racionalismo arquitectónico se dan especialmente en el siglo XVIII, en que este sistema intenta una descripción de los elementos, una clasificación, un método operativo transmisible mediante un conjunto limitado de preceptos verificables.
Unos de los principales exponentes enunciaron: Lodoli quien decía “nada debe llevarse a la representación que no esté ya presente en la función” y Lamarck “la forma sigue a la función”; en arquitectura constituyeron unos de los muchos pensamientos racionalistas.
El racionalismo moderno nace de la necesidad de afrontar las continuas exigencias socioeconómicas de la civilización industrial de masas contemporáneas; es decir; la crisis de la postguerra, las notables modificaciones políticas que se sucedieron en Europa tras 1918, la agudización de la conflictividad de clases el irresoluble “problema de vivienda” popular, entre otras cosas. Todos estos fenómenos, hacían indispensable una nueva política de edificación y urbanismo, así como un incremento mayor de los bienes de consumo.
Al ver la nula capacidad del capital privado para resolver tales problemas, se decide que sólo el Estado, los ayuntamientos y las asociaciones cooperativas tienen la capacidad de afrontar los objetivos de la construcción en un significado de servicio social.
El racionalismo no entra en el núcleo de la vanguardia, pero ésta hizo figura mucho en él.
La primera influencia sobre la arquitectura del racionalismo moderno fue la del alejamiento respecto de la naturaleza, es decir se llega a una configuración sin adornos, desnuda, artificial, “asimétrica”, que permitió a la construcción racionalista la distribución libre de los espacios a partir de las funciones, de la orientación, de la economía de recursos, etc.
La segunda influencia de la vanguardia es la renovada concepción espacial, es decir para realizar una composición arquitectónica se parte del espacio, desde el interior hacia el exterior.
Un tercer aspecto es la relación con la historia; destaca sólo uno de los componentes del movimiento tradicional, la función; antes la función se ocultaba en beneficio de la imagen, pero ahora la función se manifiesta y se obtiene la imagen a partir de ella.
BIBLIOGRAFÍA:
· HISTORIA DE LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA, Renato de Fusco, Volumen 2, Hermann Blumme Ediciones. Madrid.
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